Ahora que se avecina la Navidad y que el consumismo alcanza su enésima potencia, serán muchas las personas que piensen en un smartphone, weareable o cualquier otro gadget como regalo estrella para él o los suyos. Un momento, por tanto, idóneo para analizar el hecho de si hay, o no, un exceso de tecnología en nuestros terminales. Pantallas curvas, huellas dactilares y un sinfín de nuevas tecnologías que no hacen más que engrosar las especificaciones de nuestros móviles sin que, quizás, hayamos caído en la idea de que nunca utilizaremos muchas de ellas.
Y lo dice alguien que porta un Galaxy Note 4 que, sin haber cumplido aún un año, ya ha quedado obsoleto gracias a la nueva generación de Samsung; un smartphone cuyo tamaño y el S-pen eran, entre otras cosas, sus opciones más destacadas. Un ‘palito’ que me traía loco desde su primera generación y que hoy por hoy, sin embargo, no he usado en más de cuatro o cinco ocasiones, contando esos primeros días en los que te llevas todo el día trasteando con tu ‘juguetito’ nuevo testeándolo al máximo. Por no hablar de la huella dactilar, un mecanismo de seguridad que me parece muy acertado, pero que se convierte en un auténtico suplicio cuando aún en la cama, y con un ojo entreabierto, intentas desbloquear el móvil para mirar qué hora es. Sí, es muy seguro… Especialmente en esas ocasiones. Y por eso, no siempre es necesario gastarse cientos y cientos de euros o financiar tu compra para tener la última generación que domine el mercado, pues tú, al igual que la inmensa mayoría de los mortales, no le dará mayor uso que whatsapp, redes sociales y, quizás, algún que otro juego, mandar algún email o consultar brevemente algo en google. Y por eso, al margen de las innovaciones más punteras, sería más conveniente tener en cuenta su diseño, duración de la batería o calidad de su cámara. Pues, si tú eres como yo, al que no le gusta hacer fotos o que se hace una al año, te aseguro que sí te encantará que tu móvil acierte a la primera, sin necesidad de andar con enfoques, luces y flashes; que para una que haces, al menos que salga bien.
El diseño, la duración de la batería o la calidad de la cámara serían algunas de las cuestiones a tener más en cuenta para la compra de un smartphone
Y ahora, tras este largo tostón, pues que sean Papá Noel, los Reyes Magos o tu cartera, quienes decidan finalmente cuál será tu siguiente terminal. Recuerda, no siempre es necesario ir a la última, te lo dice alguien que, en cambio, ya está ahorrando para cambiar de móvil. Quizás, darse un capricho por Navidad no sea tan malo, aunque, eso sí, bastante innecesario. ¿Tienes decidida ya cuál será tu siguiente adquisición?, ¿Cuáles son los puntos que suelen decantar tu compra? Compártelo con todos nosotros.
Pues algo parecido me ha pasado a mi. Añado el ningún uso del NFC.
Para mi marcaría como prioritaria la calidad de la cámara, resolución de pantalla y posibilidad de tarjeta interna SD (que ya están retirando en algunos gamas alta). El diseño no me quita el sueño y en cuanto a la duración de la batería, entiendo que es un coste a pagar por mantener tamaño y brillo de pantalla (con la powerbank que compré solvento el problema en viajes porque en el día a día no me preocupa cargarlo por las noches ya que el uso no me obliga a mas)